La globalización, las políticas neoliberales, el libre comercio,… todo esto está contribuyendo a mayores injusticias y desigualdades, donde pocas personas poseen todo el poder, la brecha entre norte y sur, entre poblaciones ricas y pobres cada vez es mayor. Y se ha abierto también más la brecha de género, porque una vez más somos las mujeres las que estamos sufriendo más directamente las consecuencias de la globalización neoliberal.
Todas estas políticas no solo afectan a la población sino también al medio ambiente. Recientemente se ha realizado en Madrid la Cumbres Social por el clima donde no se ha llegado a acuerdos significativos que acaben con el deterioro del planeta, los países más contaminantes (EEUU, Rusia, China) no ratifican ninguno de los acuerdos, en estos momentos estamos en un punto de no retorno. Es necesario replantear estrategias y darle voz al feminismo, porque el feminismo es necesario y sus alternativas fundamentales para salvar el Planeta.
Las mujeres estamos mas sensibilizadas, no es gratuito que muchas activistas medioambientales sean mujeres, defienden la Tierra, su tierra porque saben que es imprescindible cuidarla, respetarla y mantenerla, porque es la que nos da la vida. Las políticas neoliberales de las grandes corporaciones, que lo único que quieren es aprovecharse de las riquezas de los distintos pueblos, acosan a estas activistas llegando incluso al asesinato para preservar sus intereses, no olvidemos a Berta Cáceres (Honduras), Laura Vásquez (Guatemala) y Emilsen Manyoma (Colombia), que han sido asesinadas por defender su entorno, al igual que otras defensoras del medio ambiente, según la asociación de consumidores orgánicos, dos de cada tres activistas asesinadas/os son activistas medioambientales.
Todo esto lleva a que cada vez las mujeres sean más protagonistas de las migraciones contemporáneas, no sólo las guerras hacen que los pueblos abandonen sus hogares si no que las crisis climáticas también hacen que se produzcan estas migraciones. La feminización de los flujos migratorios no es sino un reflejo de la feminización de la pobreza.
Desde la Organización de Mujeres creemos que para evitar la crisis climática, las desigualdades, la exclusión, la brecha de género y la brecha entre la población rica y la pobre es la que se da desde el feminismo.
La respuesta es la sostenibilidad de la vida humana, de tal manera que se produzca una reorganización social que incluya un nueva organización de los tiempos y del trabajo tanto mercantil como de los cuidados, dando a estos últimos el valor que le corresponde, es fundamental un cambio en la vida cotidiana, en la estructura del consumo y de la producción y por supuesto un cambio de valores. Pero la sostenibilidad de la vida va más allá de la vida humana, también en preciso el cuidado de la naturaleza para llegar a un estado realmente sostenible.
Por todo esto desde la Organización de Mujeres creemos que el feminismo es fundamental para una transformación social.